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Cuantificación de la 'niebla cerebral': conocimientos del nuevo estudio Covid-19

2024-03-04

Un estudio reciente publicado en el New England Journal of Medicine aborda un síntoma preocupante del Covid prolongado: confusión mental, caracterizada por dificultades cognitivas como problemas de concentración y pensamiento claro. Dirigido por investigadores del Imperial College de Londres, el estudio explora los desafíos cognitivos que enfrentan las personas en los meses posteriores a contraer el coronavirus, destacando el impacto mensurable de Covid-19 en la función cognitiva, cuantificado en puntos de coeficiente intelectual.

 

Los resultados del estudio revelan que las personas que se recuperaron de los síntomas de Covid en un plazo de cuatro a 12 semanas experimentaron un deterioro cognitivo equivalente a tres puntos de coeficiente intelectual en comparación con las personas no infectadas. Además, aquellos con Covid prolongado, que duró más de 12 semanas después de la infección, mostraron una disminución más pronunciada en la función cognitiva, que ascendió a seis puntos de coeficiente intelectual. Además, las personas con casos graves que requirieron hospitalización enfrentaron un déficit significativo de nueve puntos de coeficiente intelectual, lo que enfatiza la gravedad del deterioro cognitivo asociado con Covid-19.

 

Estos hallazgos resaltan el impacto profundo y duradero de Covid-19 en las capacidades cognitivas, enfatizando la necesidad crítica de comprender y mitigar las repercusiones neurológicas del virus.

 

Comprensión de los efectos cognitivos de la Covid prolongada: conocimientos de un estudio a gran escala

 

En un estudio reciente dirigido por el profesor Adam Hampshire del Imperial College de Londres, los investigadores arrojan luz sobre el impacto cognitivo de los síntomas prolongados de Covid, en particular la confusión mental. Los hallazgos sugieren una correlación entre la confusión mental persistente y disminuciones mensurables en la memoria y la función ejecutiva. Esta revelación subraya la importancia de comprender y abordar las consecuencias cognitivas de Covid-19.

 

Las evaluaciones en línea, que constan de ocho tareas, no eran evaluaciones de coeficiente intelectual convencionales. Sin embargo, los investigadores establecieron paralelismos entre sus hallazgos y las mediciones típicas del coeficiente intelectual. Destacaron que las disparidades observadas en este estudio observacional fueron moderadas y se compararon entre grupos en un punto específico, en lugar de rastrear a los individuos a lo largo del tiempo. Sin embargo, las puntuaciones más bajas en las pruebas, incluso entre aquellos con síntomas de corta duración, fueron algo sorprendentes.

 

La investigación, que se basa en una cohorte sustancial de más de 112 000 personas que residen en Inglaterra, proporciona información valiosa sobre el impacto cognitivo de Covid-19. A través de encuestas y evaluaciones bajo el programa REACT, los participantes compartieron sus experiencias con Covid-19, seguidas de evaluaciones cognitivas centradas en la memoria, el razonamiento y las habilidades de planificación.

 

Estas evaluaciones, realizadas en diversas etapas de la enfermedad o recuperación, revelaron disparidades significativas en el rendimiento cognitivo. Las personas con síntomas persistentes exhibieron puntuaciones notablemente más bajas, particularmente en tareas de memoria y planificación, lo que subraya los desafíos que enfrentan quienes luchan contra el Covid prolongado. Además, los pacientes hospitalizados, especialmente aquellos en unidades de cuidados intensivos, demostraron claras debilidades en el procesamiento espacial en comparación con sus homólogos no hospitalizados.

 

El estudio arroja luz sobre las implicaciones a largo plazo de Covid-19, y el autor principal, Paul Elliott, destaca la incertidumbre que rodea a los resultados clínicos y cognitivos. Destacó la importancia de un seguimiento continuo para comprender mejor los efectos persistentes del virus e informar futuras intervenciones.

 

Comprender el impacto de la vacunación contra el Covid en la función cognitiva

 

En el último estudio, se descubrió que la vacunación tiene un ligero efecto mitigante sobre el deterioro cognitivo entre las personas que tenían Covid en comparación con las que no, según Elliott. Además, la reinfección resultó en un deterioro cognitivo adicional mínimo en comparación con las infecciones iniciales. En particular, los individuos infectados con la cepa original de SARS-CoV-2 o la variante Alfa mostraron un deterioro cognitivo más significativo que los infectados con las variantes Delta u Omicron, lo que coincide con investigaciones anteriores sobre la gravedad de Covid y los efectos cognitivos a largo plazo.

 

Sin embargo, los hallazgos del estudio plantean preguntas críticas sobre las implicaciones y la duración de las disminuciones del coeficiente intelectual, como se analiza en un editorial adjunto. Ziyad Al-Aly de la Universidad de Washington en St. Louis y Clifford Rosen de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tufts abordan las consecuencias funcionales de incluso una ligera disminución del coeficiente intelectual y abogan por una mayor investigación sobre los predictores de la recuperación cognitiva.

 

El investigador principal Hampshire advirtió contra el establecimiento de vínculos causales directos a partir de datos observacionales, destacando la necesidad de una exploración más profunda de las razones subyacentes detrás de las diferencias cognitivas.

 

Afrontando los largos desafíos de Covid: progreso y optimismo

 

Steven Deeks, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California en San Francisco, enfatizó la importancia de cuantificar el problema como un paso crucial hacia el desarrollo de tratamientos efectivos. Destacó la necesidad de que las empresas farmacéuticas asuman un papel activo en la realización y financiación de iniciativas de investigación. Deeks sugirió que los hallazgos de este estudio podrían servir como una valiosa hoja de ruta para diseñar, financiar e interpretar futuras investigaciones destinadas a abordar los desafíos que plantea esta afección.

 

Deeks enfatizó los crecientes esfuerzos de investigación sobre los mecanismos subyacentes al Covid prolongado, elogiando particularmente iniciativas como el programa RECOVER de los Institutos Nacionales de Salud. Sin embargo, subrayó la necesidad urgente de avanzar en el desarrollo de tratamientos eficaces para esta afección.

 

Mientras tanto, Elliott, que dirige el programa REACT, encontró ideas prometedoras en los hallazgos del estudio reciente. En particular, a medida que la pandemia evolucionó y surgieron nuevas variantes, la correlación entre los síntomas de Covid y el deterioro cognitivo pareció disminuir. Además, aproximadamente un tercio de las personas que experimentaron síntomas cognitivos persistentes informaron su resolución con el tiempo.

 

Elliott destacó la importancia de esta observación y destacó que los individuos cuyos síntomas se resolvieron comenzaron a exhibir perfiles cognitivos más parecidos a aquellos con síntomas de Covid de menor duración. Esto sugiere un posible resultado positivo para las personas cuyos síntomas se resuelven, ya que eventualmente demuestran un funcionamiento cognitivo similar al de las personas sin síntomas persistentes.

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