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Infección prolongada por SARS-CoV-2 y mutaciones únicas en pacientes inmunodeprimidos

2024-02-01

Al explorar las complejidades de la infección por coronavirus 2 (SARS-CoV-2) del síndrome respiratorio agudo severo en pacientes inmunodeprimidos, un estudio reciente en Lancet Microbe profundiza en los factores que contribuyen a la infección prolongada y los riesgos asociados.

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Las personas inmunocomprometidas, con su capacidad disminuida para desarrollar inmunidad suficiente y una protección vacunal reducida, son las más susceptibles a la infección por SARS-CoV-2. En particular, aquellos diagnosticados con síndrome de deficiencia autoinmune (SIDA) enfrentan un mayor riesgo de infección prolongada. Si bien investigaciones anteriores han insinuado esta vulnerabilidad, gran parte de ellas se basa en análisis retrospectivos, lo que introduce posibles sesgos.

 

La dinámica de la transmisión del virus y la eliminación del huésped suelen restringir la propagación de nuevas variantes del SARS-CoV-2. Sin embargo, surge una consideración única entre los pacientes inmunocomprometidos: el plazo prolongado para la replicación dentro del huésped, lo que brinda al virus amplias oportunidades de mutación.  

 

Los científicos han planteado una hipótesis fascinante que vincula las variantes preocupantes (COV) del SARS-CoV-2, como Alpha (B.1.1.7) y Omicron (BA.1), con infecciones prolongadas en personas inmunodeprimidas. La pregunta crucial persiste: ¿las intervenciones actuales obstaculizan o ayudan inadvertidamente a la evolución de variantes altamente mutadas en esta población vulnerable?

Acerca del estudio

En un estudio fundamental que abordó consultas urgentes sobre la infección por SARS-CoV-2 en personas inmunocomprometidas, los investigadores llevaron a cabo una iniciativa de vigilancia prospectiva que abarcó tanto a pacientes ambulatorios como hospitalizados diagnosticados con infección por SARS-CoV-2 Omicron. Esta investigación extensa y multicéntrica reclutó a pacientes adultos de cinco distinguidos centros médicos de los Estados Unidos, todos los cuales estaban inmunocomprometidos y habían dado positivo en la prueba de COVID-19 en los 14 días anteriores.  

 

El estudio empleó un enfoque meticuloso, que implicó la recolección de muestras nasales a intervalos de dos a cuatro semanas. Estas muestras se sometieron a ensayos de reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa (RT-PCR) en tiempo real hasta que se lograron resultados negativos consecutivos. Las muestras positivas se sometieron a análisis exhaustivos, incluido el cultivo viral y la secuenciación del genoma completo. 

 

Al profundizar en los resultados de los cultivos virales, la carga viral de ácido ribonucleico (ARN) y los datos de secuencia, los investigadores intentaron identificar a las personas con mayor riesgo de infección prolongada. Además, el estudio buscó evaluar el impacto de los tratamientos antivirales y desentrañar la dinámica evolutiva del SARS-CoV-2 dentro de la población inmunodeprimida.

Hallazgos clave sobre la infección por SARS-CoV-2 entre personas inmunodeprimidas

Al profundizar en el complejo ámbito de la infección por SARS-CoV-2 en personas inmunodeprimidas, este innovador estudio descubrió varios hallazgos clave que arrojan luz sobre la dinámica de la infección prolongada en pacientes diversos y con inmunodepresión de moderada a grave. Contrariamente a lo esperado, la infección prolongada por SARS-CoV-2 resultó ser una rareza dentro de este grupo heterogéneo con diversos grados de inmunodepresión. En un espectro de condiciones inmunocomprometidas, la evolución del SARS-CoV-2 fue notablemente limitada.  

 

Curiosamente, la tasa de evolución dentro del huésped se mantuvo constante tanto en las infecciones a corto como a largo plazo. El principal determinante que distingue estos escenarios se identificó como la duración del período infeccioso en pacientes inmunocomprometidos. En casos de infección prolongada, el estudio identificó la acumulación de mutaciones en el dominio de unión al receptor viral (RBD). En particular, varias sustituciones observadas en linajes Omicron actuales o posteriores agregaron una capa de complejidad a la evolución viral.  

 

Una revelación crítica surgió cuando las investigaciones identificaron fuertes factores de riesgo, destacando la disfunción o el agotamiento de las células B como un contribuyente importante. Esta disfunción podría atribuirse a terapias dirigidas a anti-CD20 o anti-CD19, así como a afecciones subyacentes como el mieloma o el linfoma. Esto se alinea con informes de casos anteriores que enfatizan el papel crucial de los anticuerpos para facilitar la eliminación del SARS-CoV-2.  

 

El estudio profundizó en la experiencia de pacientes que viven con la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), reforzando informes de casos anteriores que documentan una replicación viral prolongada en este grupo demográfico. En particular, un paciente con SIDA presentó un período de infección prolongado que superó los 200 días, lo que se correlaciona con un recuento de CD4 de menos de 50 células/μL y una replicación incontrolada del VIH, un ejemplo de inmunidad humoral deteriorada. 

 

Estas revelaciones marcan un paso significativo para desentrañar las complejidades de la infección por SARS-CoV-2 dentro del panorama inmunocomprometido, y ofrecen información valiosa que puede informar intervenciones y estrategias específicas para controlar las infecciones prolongadas en esta población vulnerable.

Limitaciones y perspectivas del estudio

Si bien el estudio actual proporciona información valiosa sobre la infección por SARS-CoV-2 en personas inmunodeprimidas, es esencial reconocer sus limitaciones inherentes. El modesto tamaño de la muestra, particularmente en las muestras que dieron positivo para SARS-CoV-2 mediante RT-PCR en tiempo real durante el seguimiento, limitó la capacidad de profundizar en propiedades cruciales de la evolución viral.  

 

Se tomó la decisión deliberada de mantener una definición amplia de estado inmunocomprometido para mitigar el sesgo, pero esta inclusión introdujo un espectro de individuos con diversos grados de deterioro inmunológico. Esto abarcó a aquellos con deficiencias inmunes de leves a moderadas, lo que podría afectar la generalización de los hallazgos relacionados con la infección prolongada.  

 

La frecuencia de recolección de muestras, espaciada entre dos y cuatro semanas, puede considerarse insuficiente, especialmente porque casi el 75% de los pacientes carecían de una muestra de seguimiento positiva. La ausencia de un grupo de control inmunocompetente y el confinamiento del estudio dentro de los EE. UU. plantean limitaciones adicionales, lo que afecta la aplicabilidad más amplia de los hallazgos.  

 

Al centrarse en adultos inmunocomprometidos con SARS-CoV-2 positivo, el estudio descubrió una correlación notable entre el agotamiento de las células B, la malignidad y una duración prolongada de la infección y la evolución del virus. Curiosamente, las mutaciones en pacientes inmunocomprometidos no predijeron firmemente las mutaciones posteriores de Omicron, lo que llevó a considerar enfoques alternativos de vigilancia genómica.  

 

A medida que navegamos por el panorama matizado de este estudio, reconocer estas limitaciones se vuelve fundamental. Los conocimientos adquiridos sientan las bases para futuras vías de investigación, fomentando una comprensión más completa del comportamiento del SARS-CoV-2 en poblaciones inmunocomprometidas y guiando estrategias para intervenciones personalizadas.

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